Como cuidar nuestra herramienta de trabajo
Actividades para cuidar, conservar, mejorar nuestra voz como docentes.
Voz es un vocablo que procede del latín vox y que permite dar nombre al sonido que se produce con la vibración de las cuerdas vocales mediante el aire que es expulsado por los pulmones y que sale por la laringe. El término también se usa para hacer mención a la potencia, el timbre y otras propiedades de dicho sonido.
El aparato fonador del ser humano, que permite la generación de la voz, está formado por los órganos que utilizamos para respirar (la tráquea, los bronquios y los pulmones), aquéllos destinados a la fonación (la laringe, la faringe, las cuerdas vocales) y los que empleamos para la articulación (la lengua, los labios, el paladar, los dientes).
Cómo se produce la vozLa voz es esencialmente una herramienta de comunicación y, en el caso de los docentes, es su principal herramienta de trabajo. El docente la utiliza para explicar sus clases, una y otra vez, para cantar, para brindar orientaciones, charlas y reuniones con los padres, etc. Un docente con problemas en su voz disminuirá significativamente su desempeño profesional. Por eso es fundamental que sepamos cómo cuidarla.
Existen varios factores que hacen que los docentes tengan problemas con las cuerdas vocales. Si estos factores no se controlan, el docente puede incluso hasta perder completamente la voz. Muchas situaciones pueden afectar las cuerdas vocales. Por ejemplo, las bajas temperaturas, la mala alimentación, la falta de técnicas adecuadas para hablar por un período prolongado, etc.
Algunos consejos para cuidar, conservar y mejorar nuestra voz como docente
- No hablar en ambientes ruidosos. Lo ideal es que el ambiente en clase sea lo menos ruidoso posible, pero, en el caso de que sea inevitable, se deben buscar otras soluciones. La doctora María Virginia Barrios, miembro de la Unidad de Voz del Hospital de Manises, propone por ejemplo, “articular más de lo habitual, hablar claro y lento y así se evita repetir. En cualquier caso, no se debería hablar en un ambiente donde se superen los 85 dBs”.
- No fumar. El tabaco es un factor irritante para la laringe. El humo del tabaco reseca las cuerdas vocales lo que produce una inflamación de las mismas. Esta inflamación no permite que las cuerdas vocales se junten correctamente y esto hace que cada vez se irriten más. “El humo pasa entre las cuerdas vocales y predispone para que aparezcan lesiones como edemas o pólipos. Además, es la principal causa de cáncer de laringe”, aclara la doctora Barrios.
- No chillar ni hablar gritando puesto que es un comportamiento de esfuerzo vocal. La doctora del Hospital de Manises explica que “sobre todo las personas que utilizan mucho la voz en el día a día, como los profesores, deben acomodar su uso a sus posibilidades reales para evitar esas situaciones”.
- No hablar en exceso porque es un comportamiento de abuso vocal. Es cierto que en muchas ocasiones es inevitable ya que el docente debe dar muchas horas de clase seguidas. Sin embargo, es bueno tener unos dos o tres periodos de descanso de 15-20 minutos al día o limitar las llamadas telefónicas los días de trabajo. En general, se debe intentar no hablar más de cuatro horas seguidas, aunque en muchos casos sea misión imposible. Al igual que todos los demás músculos de la economía corporal, las cuerdas vocales son músculos que hay que entrenar y calentar para usarlas. Igualmente, al final de su uso profesional hay que realizar ejercicios para estirarlas y relajarlas.
- Hidratarse correctamente. Los especialistas de la Unidad de Voz del Hospital de Manises advierten que “los profesores, debido al gran esfuerzo vocal que desempeñan, deben intentar beber más de dos litros de agua diarios para que la mucosa que recubre a las cuerdas vocales esté bien hidratada”. Por ejemplo, se pueden usar trucos para hacer como beber siempre que comamos o tener una botella a mano todo el día. “Además, al contrario de lo que se piensa, los caramelos de menta, mentol o eucalipto resecan muchos más la garganta, por lo que se deben evitar siempre que se pueda, ya que su efecto es totalmente contraproducente”, explica la doctora Barrios.
- Descansar de forma adecuada. La fatiga corporal se refleja en la voz. Los docentes tienen que ser conscientes de que descansar es fundamental para obtener el máximo rendimiento de la voz. Se deben dormir al menos entre siete u ocho horas e ir descansado los días que se deba usar la voz.
- Respirar bien antes de hablar. Se debe intentar respirar bien para hablar e intentar no hacerlo con el aire residual que nos queda, ya que esto provocará sensación de ahogo y supone un comportamiento de esfuerzo. Es recomendable conocer las distintas técnicas de respiración para reducir esfuerzos.
- Evitar irritantes como el humo o el polvo. En este sentido, un elemento altamente nocivo para los profesores es la tiza. Aunque se ha utilizado desde hace años para la docencia, lo cierto es que es muy irritante para la garganta. Por ello es bueno que los profesores intenten usarla lo menos posible y que, si lo hacen, borren la pizarra con un trapo húmedo en vez de un borrador, por ejemplo. De esta forma se puede evitar que el polvillo que desprende sea inhalado.
- No carraspear. El carraspeo supone un esfuerzo para las cuerdas vocales ya que es un movimiento fuerte y violento. Para poder evitarlo se puede tragar saliva o beber pequeños sorbos de agua.
- Realizar controles periódicos de la voz. La doctora Barrios, explica que, “todos los profesionales que usen la voz para su trabajo deben ir de forma periódica al otorrinolaringólogo, foniatra o logopeda. De esta forma podrán mejorar sus capacidades vocales y someterse a un tratamiento en el caso de que detecten que una disfonía se mantiene más de 15 días sin que se deba a un catarro”.
- No elevar el tono de voz de forma habitual. Es necesario controlar el volumen de la voz y evitar hablar mucho tiempo en lugares ruidosos.
- Limitar el consumo de bebidas alcohólicas. El alcohol irrita la mucosa que reviste la garganta.
- Evitar ingerir bebidas muy frías. Sin embargo, es recomendable beber mucha agua, ya que la pérdida de líquido seca la voz.
- Incluir en la dieta alimentos que contengan vitaminas A, E y C.
- Tratar las alergias, catarros y reducir el consumo de alimentos (chocolate, quesos fermentados, picante,…) y bebidas (café, té, alcohol,…) que puedan provocar que el ácido del estómago se desplace hacia el esófago y la garganta.
- Evitar ambientes con mala climatización o cambios bruscos de temperatura.
- Evitar forzar la voz cuando está dañada. Si ya tienes síntomas de afonía, no debes hablar.
Tips que debes considerar en el aula:
- Hablar de frente a los alumnos y disponerlos en círculo mejora la distribución del sonido.
- Si es posible, utilizar pizarra acrílica con marcador, pues el polvillo de las tradicionales tizas puede afectar la garganta.
- Escoger alumnos para que sean nuestros ayudantes.
- Ayudarse con el grabador para canciones.
- Dar importancia a los recursos no vocales para llamar la atención de los alumnos: instrumento musical, silbato, etc.
- En ambiente ruidoso acercarse al alumno para hablar o llamar la atención.
- No usar la voz cuchicheada o susurro.
- Mantener un nivel de volumen bajo en equipos de audio.
- Proyectar la voz y hablar en un tono claro y óptimo.
- Evitar hablar muy agudo o muy grave.
- Calentar la voz con ejercicios suaves al principio del día.
- No utilizar la voz hasta agotarla, cuando la note tensa o sienta disfonía, dolor de garganta o ardor de estómago, debe parar.
- Mantener la cabeza alineada con el eje vertical de la columna vertebral (buena postura).
- Alternar las posturas durante la clase: sentarse, pararse, desplazarse.
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